viernes, 30 de enero de 2009

Historia y Articulos de ayuda

La palabra ebanistería aparece por primera vez en el siglo XVIII para diferenciarlo del término carpintería, ya que los artesanos ebanistas, además de las técnicas de carpintería recurren a la marquetería al chapeado y al tabletterie. Se extrae de la palabra ébano, raíz probablemente nubia (Egipto) dando la vuelta al Mediterráneo por Grecia luego Roma, y designando la madera del ébano, de color negro. Es el trabajo de esta materia preciosa que dio el nombre al oficio encargado de obra "de carácter más decorativo que utilitario".
El maestro ebanista garantiza las distintas etapas de fabricación: elección del modelo y la madera, aserrado y soldadura, realización del ensamblaje, del decorado y el montaje.
Las
cómodas, consolas, escritorios, mesas de despacho y otros muebles cubiertos de escamas, de madera para chapar, marquetería, laca, barniz, porcelana son muebles de ebanistería.
El acabado del mueble a veces se confía a un artesano especializado:
taraceador, montador en bronces, escultor sobre madera, dorador, barnizador.


LA RESTAURACION DE MUEBLES


Es una rama particular de la ebanistería que consiste en restaurar muebles antiguos. Requiere a la vez un buen control de la fabricación de los muebles, y también un buen conocimiento de los estilos y la utilización de técnicas consustanciales a la restauración.
Debe reservarse a ebanistas formados a esta práctica (algunas restauraciones reclaman una formación específica en paralelo a la formación clásica de ebanista) ya que se vieron demasiado a menudo muebles destrozados por la peor ignorancia o la codicia de algunos profesionales del mueble. Para evitar eso se instauró en Francia una carta del
restaurador, que preconiza entre otras cosas la utilización de técnicas y productos antiguos (utilizados en la época de la fabricación del mueble), y de procurar que cada restauración sea reversible.
La restauración no debe confundirse con la conservación que tiene por objeto mantener el mueble en estado, de procurar que funcione, sin camuflar las adiciones y retirando el mínimo de materia. Es utilizada, en particular, por los
museos y debe permitir un estudio histórico y arqueológico posterior del mueble. Es para eso que solamente el "mínimo vital" debe hacerse sobre los muebles conservados para no encubrir los rastros del tiempo.

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